viernes, 24 de diciembre de 2010

Los viajes olvidados del 2.010



Algunas explicaciones tan innecesarias como inevitables.


Ya advertí en mi artículo sobre el Valle del Jerte que aquel sería el último en este blog escrito en el formato y de la forma acostumbrada, la verdad es que aunque disfruté con su redacción acabé un poco harto de hacer siempre lo mismo y me dije que no volvería a publicar nada aquí de esa forma, es decir una crónica detallada de un viaje o excursión intentando evitar en la medida de lo posible aburrir al personal y dando rienda suelta a mi habilidad para escribir, mejor o peor claro.

En mis artículos sobre senderismo hay un poco de todo, relatos pormenorizados y precisos de lo acontecido mezclados con muchas impresiones personales y subjetivas de como viví yo aquellas excursiones... todo ello atiborrado de insertos fotográficos que me causan más trabajo que la redacción de los artículos en sí resultando un trabajo aburrido y rutinario, algo que no me sucede nunca con la redacción de los mismos, un verdadero placer para mí.

Así que me dije ¡hasta aquí hemos llegado! tenía que cambiar la forma de hacer las cosas... sin embargo no he dado con la clave, mientras le daba vueltas al asunto pasaban las semanas y se sucedían los viajes, se acumulaba por así decirlo el "trabajo" y tuve que renunciar a escribir sobre muchas cosas, tampoco es que se perdiera nada... ¿algo que contar que no haya relatado ya diez veces?, realmente no. En septiembre me forcé a mi mismo a escribir sobre un viaje turístico a Irlanda, limité el número de fotografías a treinta... y di de alguna forma con la clave para no perder el interés de seguir con este blog, aligerarlo un poco en la sección fotográfica.

De modo que ahora a finales de este 2.010 me propongo continuar con el mismo, sin embargo a partir de este momento solo escribiré sobre viajes que REALMENTE me hayan impresionado o supuesto alguna novedad, vamos que no sean más de lo mismo por mucho que me guste y viva estas experiencias al 100% disfrutando de cada paso, de cada foto y de cada momento pasado en compañía de los mejores compañeros del mundo. Me impongo además el límite de treinta fotografías por artículo... como suelo tener costumbre de subir una ámplia selección de las mismas a Internet y poner enlaces en el foro del grupo senderista y en mi perfil de Facebook no hay problema con ello ¡todavía no he recibido petición alguna de enviar fotos desde que lo hago! , de modo que aunque me gusta la fotografía (llevo más de 9.000 fotografías este año relacionadas con el senderismo) estas pasan a un necesario segundo plano.

Pero eso será ya en 2.011 ¿y que pasa con todos esos viajes que he realizado este 2010? ¿quedarán para siempre en el saco del olvido? ¿tan mediocres o sosos han sido?... en modo alguno, pero claro ya no puedo ni quiero escribir nada de la misma forma, y por otra parte siento que tengo una deuda contraida con esta afición, con este blog y con la gente que ocasionalmente entra o ha entrado a verlo, es por ellos que paso a escribir este breve resúmen de lo mejor de este 2.010 que he vivido y sobre lo que no llegué a escribir nada aquí. También se da el caso que me apetece un horror hacerlo... ya tenía mono de darle a las teclas y rememorar mis experiencias en el campo y la montaña del 2.010, un año que no se ha distinguido para mí por haber traido cosas extraordinarias en esto, no ha habido un viaje como el de Sierra Nevada o Pirineos como el año pasado que fueron excelentes, pero si que ha habido muchas experiencias, más cantidad... y eso merece que le dedique una parte de mi tiempo por si algún navegante despistado o algún amigo ocioso desea invertir un minuto siquiera en la lectura de este artículo.


Comienzo pues ya sin tanto rollo patatero, mira que soy plasta, mi relato de:

Los viajes olvidados del 2.010

SANTIAGO DE LA ESPADA - Regreso con los montañeros. (8 y 9 de mayo)

Cuando Arturo Pineda me abordó en la calle durante el bando de la huerta, coincidí con él y su novia en compañía de los colegas senderistas, y me preguntó "¿te acuerdas de mí?" ... "claro que me acuerdo ", "¿Qué pasa que ya no vienes con nosotros?", "aquella vez que estuve con vosotros en Sierra Mágina fue por mediación de Antonio Paredes", "no te hace falta, visita nuestra página web y animate a hacer algo con nosotros" ... fue todo lo que hablamos, no podía pensar en ese momento que era una premonición.

Dos semanas después me encontraba en un bar que hay debajo de la biblioteca del antiguo cuartel de artillería donde solía quedar con un amigo para analizar partidas de ajedrez, nos encontrábamos pasando las jugadas al tablero tratando de descifrar los pensamientos del campeón del mundo, Viswanatah Anand, que en aquellos días defendía su título frente al búlgaro Veselin Topalov, andábamos ambos impresionados por su majestuoso juego en la tercera o cuarta partida, ya no lo recuerdo, cuando a eso de las ocho y media sonó mi teléfono móvil... un fastidio pensé, hasta que ví que el que me llamaba era Antonio Paredes... y eso solo significa habitualmente alguna proposición "deshonesta" para embarcarme en alguna aventurilla campestre.

Así era, me invitaba a participar en un fin de semana con los chicos de Arturo, club montañero de Murcia, en unas rutas en Santiago de la Espada... cuando ví la fecha en que se celebraba el evento no di crédito a mi suerte ... ¿8 y 9 de mayo? ¡pero si el 8 es la fecha de mi cumpleaños! ... acepté sin dudarlo, celebrar mi cumpleaños pateando el campo en compañía del club de montaña más antiguo de nuestra querida España era más de lo que podía imaginar. Este no sería un cumpleaños más, otro de esos días odiosos en los que sientes como se te escapa la vida a la vez que la cifra de tu edad aumenta en una unidad y te preguntas ¿y que carajo he hecho yo hasta ahora? ... nada de eso, sería un cumpleaños diferente y emocionante que me haría olvidar el hecho de ser un año más viejo :-).

Bien temprano quedamos aquel día para hacer el viaje... el plan era hacer dos rutas ese fin de semana, una más larga el sábado 8 y otra más corta y teóricamente más fácil el domingo... luego vuelta a casa. Llegamos con algo de retraso, lo que ocasionó que tuviésemos que correr... el club montañero no es el grupo senderista y aquí hay que ponerse las pilas, no hay un San José Antonio velando por cada uno de sus niños, esto es un grupo de adultos y llevan los horarios a rajatabla, abordamos al grupo justo cuando se terminaban nuestros quince minutos de cortesía y no se molestaron en esperar a que sacáramos los bártulos del coche o recibir explicaciones, tuvimos que salir zumbando tras ellos.


Días antes Antonio Paredes me informó que se venía Loles con nosotros, otra alegría, allí además de a Antonio, Loles y Arturo pude reconocer a un par de compañeros del extinto grupo senderista Enza (RIP), y también coincidí con Esther, otra compañera del grupo, no era como andar un domingo con los senderistas pero casi casi. La ruta del sábado 8 día de mi cumpleaños por si alguien lo ha olvidado ya ;-), fue una preciosidad, nos pateamos más de 25 kilómetros por las cercanías de Cotorríos y Pontones, una zona de campo salpicada por poblaciones abandonadas, el compañero que hacía de guía nos explicó la historia de aquel lugar.


Resulta que aquella zona fué declarada parque nacional y las tierras y viviendas de diversos caseríos y aldeas expropiadas, nos comentó como aquellas pobres gentes fueron echadas de sus tierras y su camino de partida de aquellos lugares que habían constituido toda su existencia se cruzó con el de las máquinas que marchaban en dirección a sus casas para echarlas abajo. Nos encontramos varios caseríos abandonados y un par de aldeas fantasmas, con casas semiderruidas y puertas tapiadas... todo en medio de la nada, un lugar que parece estar a un millón de kilómetros de ninguna parte.

Destacar de aquella ruta la colección de arte rural que varios compañeros consiguieron expoliar de entre las ruinas, total para dejarlo allí pudriéndose, la visita a una cascada y otra a unas formaciones rocosas espectaculares... el campo estaba en todo su apogeo en aquella semana de comienzos de mayo y me es dificil expresar lo feliz que me sentí aquel día. Me apetecía además vivir un cumpleaños como ese, rodeado de gente que no conocía y libre de presiones, a mi aire, haciendo lo que más me gusta... siendo en definitiva yo mismo. Eché un porrón de fotos y a la vuelta a aquel villorrio de nombre tan rimbombante "Santiago de la Espada", donde solo hay una calle que merezca tal nombre y el hotel hace más bulto que el propio pueblo, recibí alguna que otra felicitación en la mesa durante la cena. Me rasqué un poco el bolsillo y compré una gorra del club montañero... me hice el propósito de volver a otra ruta con ellos... todavía no lo he cumplido.


Al día siguiente en teoría tocaba una ruta más sencilla y corta, algún que otro compañero en baja forma física debido a la avanzada edad lo había pasado no demasiado bien el día anterior... de modo que en la ruta del domingo 9 que consistía en una ida y vuelta con subida a una pequeña cumbre llamada "El Almacilón" se harían dos grupos, el primero con Arturo a la cabeza en plan cañero, para intentar batir records olímpicos y que aquellos que no caminaron a su ritmo habitual el día anterior pudieran desquitarse. Y otro más lento en plan más tranquilo, sin prisas... como no podía ser de otra forma me apunté con los rápidos, quería medir mis fuerzas con aquellos veteranos montañeros a ver si daba la talla.





Y ni de coña, tuve que elegir ¿ruta con fotos o sin fotos?, porque si hacía fotos era imposible seguir el ritmo de aquella partida montañera que más parecía una jauría de perros hambrientos, hambrientos de cumbres, o bien ir con el grupo tranquilo y recrearme ... al final me quedé entre dos aguas, dejé que el grupo rápido tomara distancia, eché todas las fotos que quise y me mantuve muy por delante del vagón de cola. Ni soy un atleta aunque me gusta sudar la camiseta, ni tampoco un lisiado, un anciano o un chafamierdas (aunque alguna vez lo he sido) de modo que en aquel grupo me costó encontrar mi punto de equilibrio... no obstante una vez hallado el mismo disfruté como un enano. Si existiese la prueba "20.000 metros de marcha atlético fotográfica a campo a través" esa sería mi especialidad :-).


El Almacilón nos espera al fondo.




Aquella montaña era una preciosidad, como La Sagra, pero en pequeñito ... subí hasta la cumbre a mi aire, siguiendo cualquier sendero que fuese hacia arriba, allí estaba el grupo rápido al que sin esfuerzo se había incorporado super Esther, Antonio Paredes se quedó atrás con el furgón de cola y Loles... bueno Loles andaba haciendo compañía con una amiga que no se sumó a las marchas y que vino a la excursión en plan "retiro espiritual" ... con ambas estuve la noche anterior bebiendo y bailando en un pub del pueblo... un final de cumpleaños espectacular :-).

Una vez culminada mi solitaria ascensión a aquella mini-montaña llegó la bajada, por unas sendas estrechas y unas pedrizas que me hicieron perder de nuevo el tren "rápido" y volver a caminar solo, aproveché que sabía por donde ir y que tras mío todavía marchaba un grupo de compañeros para relajarme un poco, echar abundantes fotografías a aquellos preciosos paisajes y reflexionar sobre cual podía ser mi sitio en aquel mundillo senderista-montañero, sin llegar a ninguna conclusión, aun caminando en soledad me sentí la persona más feliz de este mundo por vivir aquellos momentos ¡que pocas veces he experimentado en la vida esa certeza de forma tan viva como en aquella ocasión!.





Llegada escalonada al aparcamiento, salida progresiva hacia el pueblo, esperar y esperar a Antonio Paredes que llegaba con los últimos compañeros y camino a comer algo en el bar antes de partir... fue un breve fin de semana que me dejó muy buen recuerdo y me permitió comenzar con muy buen pié mi 42 año de existencia en este mundo.


VADO DE TUS 2.010 versión 1.0
(22 y 23 de mayo.)

A finales de mayo participé con el Grupo Senderista de Murcia en un fin de semana en el Vado de Tus (Albacete), era un lugar ya conocido por mí y visitado en dos ocasiones, una en 2.007 con un grupo de colegas senderistas en un viaje organizado por Loles, andaba entonces convaleciente de una importante lesión de modo que pasé todo el tiempo haraganeando por las casas del Batán donde estábamos alojados y disfrutando de unos agradables baños en el río. Otra ya relatada en mi antiguo blog en compañía de Antonio Paredes y un pequeño pero muy selecto grupo de compañeros senderistas en el verano de 2.009.

Ambas ocasiones me dejaron a medias ya que no hice ninguna ruta importante por la zona, de modo que aproveché la ocasión para sacarme la espina que tenía clavada desde entonces. Creo que aquel lugar es de sobra conocido y desde mi primera visita hace tres años y medio forma parte de mis sitios favoritos para el senderismo.

Tiene además la condición de que el río Tus que discurre por ese pequeño valle no llega a secarse en verano, estando sus aguas a bastantes grados por debajo de la temperatura ambiente... ello le convierte en un lugar apetecible de visitar incluso en verano, una ruta por sus riberas con baño incluido en sus pozas es una verdadera experiencia ¿cuantos sitios así hay cercanos a nuestra región?, bien pocos.

Fue un viaje que me permitió conocer la zona, visitar las zonas elevadas que circundan el valle, fotografiar una y otra vez el espectáculo de la naturaleza y sobre todo volver a disfrutar de la experiencia de un fin de semana en la buena compañía acostumbrada.

Me quedo no obstante con dos recuerdos, el primero que aquel viaje fue el primero en el que no se montó de noche la acostumbrada juerga... ignoro el motivo pero aquel turno igual no nos pilló con ganas de juerga o que se yo, pero era el primer viaje con el grupo en el que veía a todo el mundo recluido en sus casitas a hora prudente. Menos mal que nunca faltan compañeros amantes de la juerga aunque en esta ocasión fueran minoría, y no faltaron momentos divertidos con aquel simulacro de barbacoa y aquella divertida e improvisada cuadrilla que recorrió las casas buscando "posada". Al final lo pasamos bien pero respecto a otros viajes me quedé con la sensación de que me había sabido a poco.








El siguiente recuerdo es para la compañera que el día de partida hacia el Vado fue "secuestrada" por otras compañeras, había sitio para ella en el bus y un grupo de amigas decidieron que aunque estaba allí solo para despedirnos, con lo puesto vamos, que se tenía que venir con nosotros... así fue. Aquella chica hizo el viaje con nosotros y pasó dos días "de prestado" con un equipo improvisado... una buena muestra que donde hay buenos amigos y almas generosas nunca falta de nada. Tras aquel viaje tuvimos que eliminarla de nuestros reportajes de fotos y vídeos de forma apresurada porque se suponía que ella "no estaba allí" ... que andaba malita en casa con una baja laboral, no era plan que la viera nadie de su trabajo bañándose alegremente en aquellas frías aguas del río Tus, el grupo es muy grande y al igual que hay gente muy buena seguro que también la hay no tan buena, deslenguada y envidiosa.





Uno de los muchos vadeos del río en aquella ruta... el agua estaba tan fría que casi dolía.





VADO DE TUS 2.010 versión 2.0
(12 y 13 de junio.)

Tras el paso de nuestro grupo por el Vado de Tus le tocó la oportunidad al segundo turno, evidentemente yo no participé ya en ese viaje, pero sí el amigo Antonio Paredes que quedó tan encantado de la experiencia, el campo estaba aún más hermoso y florido, que se dijo a sí mismo que aquello había que repetirlo pero en plan "petit comité". De modo que hizo algunas llamadas de teléfono y nos invitó a unos cuantos amigos a participar en otra escapada de fin de semana.

Antonio ya sabe que puede contar conmigo siempre, que no le fallo y que si en alguna ocasión no participo en algo que él propone se lo digo con tiempo, nunca lo dejo tirado... cosa que si hacen otros, tal y como le ocurrió con ese fin de semana donde al final no fuimos tantos como pensábamos aunque desde luego que formamos un grupo muy bien avenido.

Recuerdo a Bárbara, a Juan y Paqui, a Carolina y su amiga "la asturiana", a Jessica, a Fran, Domingo... y que me perdonen los que no nombro pues mi memoria se detiene ahí.

¿Que íbamos a hacer allí? ¿más de lo mismo? ... bueno sí y no, recuerdo dos rutas, una que nos llevó por sitios ya visitados con el Grupo Senderista en la que subimos a las alturas que rodean aquel precioso lugar, y otra realizada el último día buscando la enigmática "cueva del agua" ... una ruta breve pero muy divertida por lo dificil del acceso a aquel sitio tan escondido, en ocasiones tuvimos hasta que trepar por los escombros que las lluvias habían dejado en el sendero, un remojón tras otro en aquellas aguas tan frías que incluso en aquel mes de junio resultaban dificiles de soportar... en fin, una de esas rutas en resúmen en las que uno se alegra de terminar entero ;-).


Rumbo a la cueva del agua... hay que ir preparado para la que cae del cielo y la del río.




Paseos a la luz de las estrellas, visita a otro grupo de amigos que se alojaba en casas del Batán, (nosotros estábamos en las casas de Africa), una barbacoa, conversaciones animadas, fotos y más fotos, saludos a viejos compañeros muy queridos por mí... Lucía la amiga de Carolina comentaba admirada que aquello le recordaba a su querida Asturias, seguramente no podía imaginar que un lugar tan al sur como aquel que dista pocos kilómetros de nuestra Murcia pudiera estar tan verde. La zona del Vado de Tus con su balneario, su camping, su río de aguas frías y cristalinas y sus complejos de casas rurales es todo un lujo y un paraiso para el amante del senderismo, uno de esos lugares a lo que ni te planteas la posibilidad de ir o no ir... si se da la ocasión dices que si sin dudarlo un segundo.


El arroyo afluente del Tus que seguimos corriente arriba en busca de la "cueva del agua"



Carolina al frente, Antonio Paredes en su atuendo veraniego mira divertido a la cámara.


Mención especial merece el hecho que tanto Antonio como yo celebramos nuestro santo el domingo 13 de junio... felicitaciones por parte del grupo, por parte del otro que fuimos a visitar por la noche, e incluso un regalo inesperado por parte de nuestra amiga Carolina, siempre tan agradecida y cumplidora ella, una gorra sahariana para el Sr. Paredes y otra para mí... desde el mes de junio es la que suelo llevar a casi todas mis excursiones.

Un bonito fin de semana que constituyó un premio inesperado ... ¿cumpleaños y santo del mismo año pateando el campo? ... menuda suerte.


NAVACERRADA un fin de semana ¡maravillooooooso! ;-) (26 y 27 de junio.)

Este fue un viaje al igual que el anterior organizado de forma "extraoficial" por compañeros del grupo senderista, en esta ocasión el alma mater del proyecto fue nuestro querido compañero Jorge Estebaranz. Él es de Madrid, aunque resida en Murcia y esté casado con una "murcianica", nuestra compañera Isabel Andreu, y por lo visto tenía ganas de mostrar a sus amigos senderistas murcianos que la comunidad madrileña es algo más que una monstruosa ciudad llena de ruido y contaminación, que también posee parajes naturales hermosos y dignos de ser visitados, fotografiados y pateados por nuestras botas. Es allí en la Sierra de Guadarrama en las cercanías del puerto de Navacerrada, frontera natural entre la comunidad madrileña y Segovia, donde por lo visto se aficionó ya desde bien pequeño al senderismo y montañismo en la buena compañía de sus padres, a los que pudimos saludar durante nuestra estancia allí, dos personas cálidas y amables al igual que Jorge que concentran en sí lo mejor del espíritu castellano, tan abierto con el que viene de fuera sin la mezquindad de otros pueblos peninsulares encerrados en sí mismos, así suelen ser los habitantes de las tierras de fácil acceso donde los caminos se cruzan, como nuestra querida Murcia.

El viaje fue preparado de forma concienzuda durante más de un mes, Jorge nos preparó unas hojas con planos y la historia del lugar, estuvimos alojados en un albergue que parecía una fortaleza en medio de un complejo turístico semi desierto en aquellas fechas pero que debía de estar hasta los topes en invierno por ser la estación de esquí más cercana a Madrid.

¿Que tal el monte que rodea a aquel lugar? ... simplemente precioso, limpio y con una naturaleza que más que cuidada parece mimada por los lugareños. Unos senderos bien trazados, unos árboles centenarios, cumbres bellas y majestuosas, una orgía de flores y arroyos de aguas transparentes que a uno le cuesta trabajo imaginar tan cerca de una urbe como Madrid... quizás sea porque la mayoría de los habitantes de la capital viven de espaldas a esa realidad que tienen a sólo sesenta kilómetros por lo que aquello se conserva tan bien. Que siga así por siempre jamás.

Dos rutas como de costumbre... una más larga el sábado, con un buen desnivel, en la que recorrimos parajes de una singular belleza, y otra más corta el domingo, una subida al pico "Maliciosa" ... breve pero con su dificultad y su ración más que sobrada de bellos paisajes listos para ser captados por el ansioso objetivo de nuestras cámaras. Naturalmente que la noche del sábado tuvo su ración correspondiente de bebidas, cena y baile ... como está mandado :-).










De este viaje destaco aquel chiste que contó Santi y que tanto nos hizo reir, de ahí el título de este apartado, la sustracción de una buena cantidad de botellines de vino del comedor para luego llevarlos en la ruta del domingo en las mochilas... y el descojone de Eugenio cuando me abrió la puerta de la habitación y me vió allí en el pasillo chorreando y mojado como un gato, se reía porque acababan de cortar el agua del albergue y apenas pudo terminar su ducha, menos mal que restablecieron el suministro pronto :-).







La cumbre nos espera... creo que fueron más de mil metros de desnivel en aquella ruta, la cumbre "Montón de trigo nos esperaba".






Las mejores rutas y los mejores compañeros en un viaje 10, posando en la cumbre del Maliciosa.







También me quedo con el visionado del partido de la selección española en un bar restaurante, creo que contra Uruguay, en el camino de ida... allí estuvimos animando la cosa con banderas incluidas, en aquellos momentos no daba un euro por ellos ni en el caso de que se clasificasen... semanas más tarde la selección se proclamaba campeona. Un fin de semana sobresaliente y unas rutas que en nada tuvieron que envidiar a las mejores realizadas este año, tenemos que volver a Guadarrama.


CASTRIL Y CAZORLA - ensalada de lechuga salvaje.
(17 y 18 de julio) ( 17 a 21 de agosto)

A través de mi amiga Carolina conocí a Juan Carlos, un compañero senderista que habitualmente camina con el grupo "Nazíos p' andar" de Puente Tocinos y que además participa en un pequeño grupo autodenominado "los lechuguinos salvajes", son cuatro amigos que comparten una afición común por el senderismo y que periódicamente se reunen para hacer rutas en las que además invitan a participar a los incautos de sus amistades que no les conocen todavía lo suficiente ;-).

De modo que fui invitado, junto con Raquel, otra compañera del grupo, a participar en sus actividades y unirme a tan singular cuadrilla. La primera experiencia que tuve con ellos consistió en una visita a la Sierra de Castril, este es uno de esos lugares que deseaba visitar desde hace años y ellos me brindaron la oportunidad, Juan Carlos, Cristóbal, Juan y Antonio apodados por nosotros como simplemente "los lechugos" Raquel y yo nos dispusimos a pasar un fin de semana en Castril.

Aquella sierra me impresionó, solo el verla desde lejos ya impone, es tan abrupta que parece una serie de descomunales peñascos que se hubieran descolgado de los cielos... no esperaba que fuera así la verdad. Debido a los calores las rutas fueron breves, el sábado una visita a una cerrada del río Castril con pasarelas parecidas a la cerrada de Elías de Cazorla, con su correspondiente dosis de cervecillas y tapeo al finalizar. La cena por todo lo alto en el hotel donde estábamos alojados, una cosa que caracteriza a este grupo es que les encanta comer bien y ya sabes que toca comer de mesa y mantel siempre que la ocasión lo permita.





La ruta del día siguiente consistió en una visita al nacimiento del río Castril, buenos paisajes, bonitas sendas, algún encuentro con fauna silvestre... me recordaron y mucho a los desolados parajes de los Pirineos que había visitado el año anterior y a las pedrizas de la Sagra, vi el sendero que partía hacia la cumbre del famoso Empanadas... y me dije que en alguna ocasión no me quedaría en ese punto.





No faltaron remojones en las frías aguas del Castril, más frías incluso que las del Tus, exploraciones de lugares nuevos que se salían de la ruta, y naturalmente muchas fotografías. El día anterior además habíamos visitado un pantano donde nos entretuvimos como chiquillos con los bichos, hicimos fotos arrojando piedras y disfrutamos del lugar. Este es un grupo diferente con un ritmo diferente y formas distintas de hacer las cosas a las que estoy más acostumbrado, cuesta trabajo cogerles el paso y adaptarse a su ritmo... tanto en el monte como en las rondas de bebida :-).

En el verano marché con ellos a Cazorla, aquello surgió en una reunión tras lo de Castril donde Cristóbal, guía y cabeza pensante del grupo, nos propuso pasar unos días en la conocida y ya visitada por mí sierra jienense. Íbamos a alojarnos en esta ocasión en Arroyofrío. En esta ocasión ya el viaje no fue tan redondo para mí como la visita a Castril, y sin que fuera culpa de nadie, llegaba renqueante y convaleciente tras la animalada de la vuelta al Mar Menor donde terminé con un pie bastante tocado... no podía faltar a la cita ya que aquello estaba reservado y pagado de forma que me dispuse a pasar unos días tranquilos y caminar siempre que me fuese posible.





Tardé más tiempo del previsto en recuperarme y aunque pude hacer una ruta con ellos, de nuevo repetíamos los mismos, las circunstancias hicieron mella en mi estado de ánimo y eso no contribuyó a que al final recordáse aquel viaje como de los mejores de este año. No obstante el veinte de agosto pude hacer una ruta de lo más interesante... pero la sensación final que me quedó es que no logré adaptarme a la forma de hacer las cosas y la mentalidad de esta gente y no conseguí conectar del todo de forma que un viaje breve se me hizo excesivamente largo y pasé demasiado tiempo solo.





Aparte de la ruta señalada tengo que comentar las cenas en el pueblo con la anécdota de la piara de jabalíes que cada noche bajan del monte y se acercan a la zona cercana al restaurante donde estábamos para mendigar comida, nunca había visto nada semejante y en verdad que fue espectacular ser testigo de una manada de aquellos animales venciendo en parte su natural precaución y timidez para dejarse ver y fotografiar por comida.



LA MADRE DE TODAS LAS MARCHAS SENDERISTAS XIII vuelta al Mar Menor. (14 de agosto)

Mitad de agosto... camino por un camino de asfalto sin una sombrita en medio de La Manga, son más de las tres de la tarde y el sol cae a plomo, el aguacero que me caló casi hasta los calzoncillos de hace unas horas hace tiempo que ya se secó, empiezo a sentir molestias en un pie, me quedan más de treinta kilómetros de marcha y comienzo a preguntarme ¿que coño hago yo aquí llevando esta camiseta naranja chillón en compañía de trescientos chalados más que como yo llevan caminando desde las seis de la mañana? ...


Cuando Carolina me comentó tras su peregrinación a Caravaca con los Nazíos p' Andar, yo estuve en esas fechas en el Jerte con el Grupo Senderista, que pensaba apuntarse a la vuelta al Mar Menor pensé que estaba loca o cuanto menos borracha cuando les hizo la promesa de participar :-), el caso es que no se echó para atrás y conforme se acercaba el uno de julio, día señalado para comenzar la inscripción, siguió tercamente empeñada en participar... aunque también con muchísimas dudas sobre si iba a aguantar aquello o no, más que dudas es que ni se imaginaba a sí misma cruzando la línea de llegada... pero como por otra parte tenía la tranquilidad de poder abandonar en cualquier momento decidió seguir adelante.

Y ahí me vi en un brete... ¿iba a consentir que esta chica me mojara la oreja?, una cosa es que 300 chalados cada año hagan esa animalada y otra cosa es que una chavala de tu entorno de amigos se apunte y demuestre que tiene más coraje que tu... un buen palo para mi orgullo, y no porque sea mujer sino porque es una novata que hace unos pocos meses hizo su primer nivel cuatro en el que hice un poco de angel de la guarda y me tuvo casi toda la marcha pendiente de ella. Aquel día cumplió con creces su objetivo de terminar su primera ruta "dura"... pero de ahí a embarcarse en una burrada como la vuelta al Mar Menor dista un abismo.

Aparte de eso meses antes la báscula me trajo la agradable noticia de que he subido de peso en este último año, vamos desde el verano del 2.009 para acá tras mi visita a los Pirineos no dejo de echar panza, empiezan a pesarme mis 42 añitos y mi afición por la comida, y por mucho que camine no hay manera ya de evitar la "curva de la felicidad"... apuntarme a esa ruta era una forma de forzarme a caminar durante el verano para ir preparado y no anquilosarme en casa todo el santo día enganchado al ordenador.

Pues ale, el mismo día 1 de julio me apunté e hice la transferencia, y tengo que reconocer que mis dudas de terminar aquella locura solo estaban un poco por debajo de lasde mi amiga y así lo manifesté sin reparo alguno a todo aquel que comenté el tema. No estimaba mis posibilidades en más de un 50% ... algo que sorprendía a más de un compañero o compañera que, ignoro el motivo, me ven más fuerte y atlético de lo que yo mismo me veo.

Y llegó el día, salimos del Centro de Alto Rendimiento de los Narejos, que punto de partida más apropiado ;-), a las seis de la mañana ... nos quedaban sesenta y cinco kilómetros y dieciseis horas de ruta por delante en pleno mes de agosto. Los que me conoceis en persona ya sabeis como soy, rubillo, sudo como una regadera y tengo una piel indecentemente blanca, vamos que no parezco murciano ni de broma... bien provisto de agua, barritas, analgésicos, antiinflamatorios, vaselina, mudas, spray anti-transpiración para los pies ... así comencé la ruta, y así la terminé ... a pesar del dolor, ampollas, calor... hasta una cagalera me dió en el último kilómetro :-) ... mi cuerpo ya no sabía como protestar por aquella locura.







Muchos kilómetros, bastante barro, un aguacero que nos cayó del cielo, y nunca mejor dicho, y alivió nuestro calor, molestias por más que previniese todo lo imaginable y al final mucho sufrimiento, pero menos que el de otros compañeros... solo dos ejemplos, el de Vicente un veterano senderista que con su enfermedad a cuestas y llevando en pleno mes de agosto una especie de calcetas que cubrían sus piernas para aliviar su fibromialgia terminó la ruta como bien me dijo posteriormente "con los dientes apretados y al borde de las lágrimas". O aquella chica que en el cruce de Las Punticas a Los Molinos vi caminar sola, algo extremadamente raro en una chavala jóven y guapa como ella, cojeaba con una rodillera... por lo visto había sufrido una contractura muscular al comienzo de La Manga, los sanitarios le pusieron la rodillera y una inyección, y sus compañeros la habían dejado allí sola porque ellos cruzaban caminando por la zona de los lodos... terminó la ruta con lesión y todo.

Y no fueron los únicos, vi a otra compañera caminar con dificultades incluso equipada de sendos bastones... 300 senderistas, 300 chalados si , pero también 300 héroes por un día que fuimos recibidos entre gritos de aliento y aplausos por los vecinos y veraneantes de los Narejos. Al final el diploma de haber participado, la foto de rigor y la cena bien merecida. ¿Y Carolina? ... aquí en la foto la podeis ver, fresca y resplandeciente ni que decir tiene que terminó más entera que yo.







Al día siguiente pues agujetas y ampollas que engordaron como ciruelas... y un pie que me tuvo fuera de combate varios días y me impidió disfrutar del viaje a Cazorla de la semana siguiente, pero eso son ya naderías que están más que olvidadas ¿el año que viene? ... me parece que me voy a quedar en casita el 13 de agosto que se supone que se celebrará de nuevo el evento, salvo claro está que la compañía valga la pena, en cuyo caso... mmh, mejor no pensar en ello que me canso ;-).




TRAVESÍA MAZARRON - AGUILAS, nuestra querida costa. (20 y 21 de noviembre).

Pasó el verano, y pasó de largo el viaje a Picos de Europa al que no pude ir, y pasaron las dos expediciones a Soria a las que no quise ir por no repetir viaje... todavía quedaba año y era posible añadir más viajes a la dilatada cuenta de este 2.010 tan próximo a expirar. ¡Y así fué! ... José Antonio se descolgó con un viaje de fin de semana a nuestra tierra, por primera vez en los años que llevo en el grupo, siendo además una travesía por la costa con la facilidad del escaso desnivel pero la dificultad de tener que andar como los caracoles, con la casa a cuestas.

Me entusiasmó la idea y me apunté acto seguido, a pesar de que fuesen rutas ya más que pateadas por mí la idea de pasar un fin de semana senderista con un buen mochilón a la chepa conviviendo con mis colegas del grupo sin tener que pasar horas y horas en un autobús era de lo más sugerente, deseé que hubiesen más fines de semana como estos.

Tal y como comenté para mí eran rutas de sobra conocidas, creo que la de Bolnuevo-Puntas de Calnegre la habré realizado como cuatro veces, entre rutas oficiales del grupo y otras, y la de Calnegre-Cabo Cope creo que ya había sido hecha por mí un par de veces por lo menos... ¿y que más da?, es invierno y en esa época si el tiempo acompaña el mar es tan hermoso y esa costa tan abrupta y escarpada que no faltan paisajes bellos y salvajes para contemplar y disfrutar. En verano aquello es un infierno insoportable pero ahora es el momento de caminar por aquella zona momentáneamente a salvo de especulaciones inmobiliarias debido a la crisis que andamos padeciendo más que por cuestiones de sentido común o mera justicia.







Desembarcamos junto a la desaladora del Valdentisco en Mazarrón y de ahí a patita hasta Puntas de Calnegre en un solo día con la mochila a cuestas llevando todo lo necesario para dos días. Era la tercera vez que usaba mi mochilón alpino que compré para los viajes a Sierra Nevada, intenté que este pesara lo menos posible pero al final marcó sus buenos diez kilos (con bastones incluidos) en la báscula. Dos días cuarenta y dos kilómetros por delante sin mucho desnivel, o eso suponía entonces.

Mis piernas aguantaron bien, llevé cuidado especialmente con mis rodillas usando siempre los bastones y dando pasitos cortos... en esas condiciones cualquier tropiezo no es que te de el día, es que te jode el viaje. Cuesta adaptarte a llevar ese peso pero al final te acostumbras... mi espalda fue la que más sufrió al final, justo antes de cada parada parecía que llegaba al límite de su resistencia, imposible describir el alivio que sentía cada vez que me la descolgaba de la chepa... afortunadamente uno va siendo veterano en estas lides y no me faltó de nada, hasta llegué a comer bajo la sombra de un paraguas calzado con mis zapatillas de andar por casa :-).







El albergue de Calnegre me gustó mucho, nuevo, limpio... la cena fue la única nota discordante y tengo que decir que no fue para tanto. De todas formas se notaba la poca experiencia de la gente del mismo a la hora de tratar a un grupo como el nuestro... una simple sopa hubiera acallado bastantes voces aunque siempre habrá gente que se queje por cualquier tontería. La "marcha" nocturna de Calnegre no fue espectacular ni más divertida que la de otras veces... si que fue en cambio más singular.

Fué un puntazo entrar en aquel bar de pescadores y ver a un buen número de mis compañeros ¡jugando al bingo! ... en mis viajes con ellos he visto de todo, pero ver aquella sala ocupada por senderistas-bingueros fue demasiado :-). El dueño de aquel bar estaba alucinado, en temporada baja en un momento donde no hay nadie en aquel pueblecito ver a un grupo de cincuenta senderistas llegados de la nada. No me extraña que cuando un grupo de compañeros cascaron una silla en uno de sus juegos el hombre sustituyera la silla de plástico por otra sin el menor asomo de reproche, aquel día no solo hizo más caja de lo acostumbrado sino que debió producirle a él y a los lugareños un tema del que hablar durante bastante tiempo :-).

Al día siguiente hicimos la segunda ruta programada, la parte más abrupta y bonita de nuestra costa... muchas fotos pero también una buena dosis de kilómetros de aburridas pistas, menos mal que al final tras nuestra llegada al pie de la torre de Cabo Cope José Antonio nos dió una "golosina"... por el mismo precio y fuera de programa opción de subir a las alturas de Cabo Cope, los que no tuvieran ganas marchaban de allí diréctamente a Calabardina, el resto creo que unos veinte y pico justo la mitad del grupo, seguimos los pasos de nuestro guía sendero cuesta arriba.

Fue la parte más dura y bella de la travesía costera, aquellas cuestas me hicieron resoplar, sudar y apretar los dientes... pero también me ofrecieron unas vistas impresionantes de la zona que me apresuré a capturar con mi cámara. A la semana siguiente iríamos el sábado a subir La Sagra, quien me iba a decir que al final de aquella travesía haríamos unos kilómetros de entrenamiento para afrontar el reto de nuestra querida montaña.







Y tras muchos metros de desnivel, abruptas sendas, cuidadosos pasos y montones de fotos llegamos al pueblecito de Calabardina. Llegué con mi provisión de agua agotada y con la necesidad casi tan imperiosa de quitarme de encima aquel mochilón de sesenta litros que pesaba ya como un mal matrimonio :-). Agradezco desde aquí la solidaridad de una compañera que me ofreció lo que quedaba de bebida isotónica de su botella para calmar mi sed, ni recuerdo ya su cara ni se su nombre, pero el favor no pienso olvidarlo fácilmente y esta es mi forma de volver a darle las gracias.

En fin, esto fue todo respecto a este bonito viaje, el primero con el grupo desde mayo... todavía queda el último acto de este año.



EL NERPIO, nueces, villancicos y barro.
(18 y 19 de diciembre)

En medio de fríos, nevadas y mal tiempo generalizado en toda España nos embarcamos en este fin de semana a la pequeña localidad albaceteña, todo aquel a quien se lo comenté me dijo lo mismo... ¡lleva mucha ropa y abrígate bien!, pues bien, al desembarcar en el pueblecito el viernes 17 por la noche vimos rastros de lluvia y el cielo sin estrellas, señal de que estaba cubierto de nubes, ¿frío?, ni siquiera un poco, vamos ni siquiera llegaba a lo que esa misma semana habíamos vivido en Murcia. Y había rastros de hielo por muchas partes, charcos con capas de hielo de dos y tres dedos de espesor, pero de frío bien poco.

Nos acomodamos en el camping del pueblo y distribuimos por casas rurales y "bungalows" ... me tocó en suerte uno de esos últimos, uno que parecía la "casita de pin y pon" según comentó una compañera, con unos dormitorios tan exiguos que si entraba uno a cambiarse el compañero de habitación se tenía que quedar fuera :-)... seis nos juntamos en aquella mini-casa, y doy fe que ninguno de ellos roncaba por las noches, porque como había que dormir con la puerta abierta para que el calorcillo de la calefacción que estaba en el pequeño salón entrase cualquier ruido nocturno se hubiese escuchado en toda la "casita". Por otro lado nos apañamos muy bien y tuve unos compañeros que llevaron, o se procuraron, de todo... no faltaron ni el café por las mañanas ni las tostadas siquiera... un lujo del que no todo el mundo disfrutó.

Las rutas tengo que decir que "ni fu ni fa y además embarrá" ... campo, y más campo, y más campo... algunos pinos, y campo y más campo. Nada destacable, salvo la ascensión a una peña en la ruta del domingo, algún que otro divertido cruce de alambradas espinosas, y barro, mucho barro, pesado cariñoso y pringoso que volvía a aparecer una y otra vez, lo que dio un toque de "encanto" a nuestras rutas. Más de la mitad del tiempo lo pasamos enfundados dentro de los chubasqueros debido a una lluvia fina pero persistente que añadió otro toque de "encanto" a las rutas... en mi caso una sudada monumental y un buen número de litros de aire húmedo y frío que al final me pasaron factura al volver, todavía ando disfrutando de un bonito catarro que me ha dejado fuera de servicio de forma momentánea.





También para ser justos tengo que comentar que la segunda ruta fue más corta de lo previsto y nos perdimos la guinda del pastel, la parte más bonita esforzada y espectacular... que por desgracia ya nos venía grande a casi todos, el domingo cuando a las dos de la tarde pisamos las calles del pueblo yo estaba hasta los mismísimos de tanto sendero embarrado, tanta lluvia y tanto campo gris verdoso ¡me moría por un puñetero plato de sopa caliente!, no estaba para deleitarme con unos paisajes que seguramente andarían ocultos tras una espesa capa de nubes de modo que cuando vi que la opinión generalizada era comer en el pueblo y parar ahí la ruta me faltó poco para dar saltos de alegría... de hecho pensaba "desertar" y elegir la opción fácil, algo inusual en mí, vamos que hubiera sido la primera vez... de modo que a comer todos juntos y tiempo de sobra para regresar cada mochuelo a su olivo y quitarnos las miserias de encima.






La comida fue lo mejor de aquel día ... y por supuesto la juerga nocturna del día anterior, tapeo, cena y sesión de villancicos en muy buena compañía. Por esa parte recibí compensación más que sobrada de lo deslucido de las rutas, hacía tiempo que no cenaba tan a gusto y me reía tanto en compañía de Guillermo, Trini, Encarni, Eugenio y otro compañero de cuyo nombre no me acuerdo. No veía a Encarni desde Paterna del Madera y como ambos tenemos el mismo sentido del humor... basto y de grueso calibre, me reí mucho con sus chistes y creo que ella y el resto de la mesa con los míos, en fin, cosas del vino y el buen ambiente de camaradería de aquella noche.







Pepe Tomás compuso para el viaje un "villancico senderista", vamos el villancico murciano que cantan los Auroros de Rincón de Seca pero con una letra cambiada, aparte de varios otros que trajo impresos en folios... nos juntamos una buena peña en el bungalow, no se como cupimos todos en el salón, y uno tras otro cayeron los villancicos y los chupitos del licor que trajo Eugenio, mi ron miel aliñado con zumo de naranja y el vino dulce que creo que trajo Juan. Una noche entrañable para el recuerdo, de lo mejor que he vivido desde que estoy en el grupo. Al día siguiente repetimos el villancico en el autobús como homenaje a José Antonio ¿acaso íbamos a perder la ocasión de ponerle incómodo y sacarle los colores? nada de eso ;-).


Epílogo.


Y bueno ... mi más sincera enhorabuena a todo el que haya podido digerir el texto anterior, como veis mis artículos ya no van a estar tan saturados de fotos, no será este el último que escriba mientras yo ande rodando por este mundo senderista, ¿cuando caerá el próximo?, imposible saberlo solo puedo asegurar al igual que hice hace meses que no será probablemente en la forma acostumbrada.

Y para terminar ya este último artículo del año 2.010 que rememora mis vivencias en estas actividades deseo emitir desde aquí un cariñoso recuerdo a mis colegas de "Las pelotas iluminadas", ese grupo de chalados que desde hace ya año y medio sube a caminar cada jueves por la noche, en ocasiones contra viento y marea... Miguel Angel, Vicenta, Santi, Inma, Mariano, Jessica, Hortensia, Carolina, Fran, Manuel, Enrique, mi primo Miguel, Lucía, Teresa, Antonio Paredes, José Luis y más gente que ha participado en forma esporádica en este tiempo... este año habeis sido mi mejor y casi único grupo de amigos y una segunda familia para mí, de verdad que no sabeis cuanto os quiero.

Para todos ellos y el resto de familia senderista mis mejores deseos para estas fiestas y para este año 2.011 que comienza en tan breve tiempo.

¡¡¡¡ HASTA PRONTO !!!